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Henry Dreyfuss en el Boeing 787

Una de las cosas que más me impresionan de las continuas relecturas de Designing for people de Henry Dreyfuss es la parte que relata su intervención en el diseño de la experiencia de vuelo en 1951 del Super Constellation para Lockheed.

Super Constellation

Dreyfuss se metió con decenas de colaboradores en todos los aviones del momento para obtener datos que permitieran diseñar la mejor experiencia de vuelo posible y que supusiera una ventaja competitiva del “Connie” respecto a otros aviones. Nadie lo había hecho hasta entonces.

No era la primera vez que Dreyfuss hací­a cosas para aviación. Antes, en 1946, hizo el interior del Stinson Voyager. Luego continuó modificando aviones militares de Lockheed para uso civil y empezó su relación con American Airlines siendo el responsable del azul, rojo, blanco y sobre todo, la capa cromada que aún llevan los aviones de AA y que han sido copiados hasta la saciedad.

Boeing siempre ha sido una compañía que se destaca por el cuidado de la experiencia de vuelo en sus aviones. Contrató a Dreyfuss en los 50 para hacer el interior del 707 y posteriormente en 1969 para los interiores del Jumbo (747) de AA (aunque en realidad fueron modificaciones sobre el diseño original, obra de otro coloso, Walter Dorwing Teague).

La semana pasada se presentó en sociedad el 787, el nuevo avión de Boeing. Viendo los resultados del trabajo del equipo de experiencia de vuelo, parece que el espí­ritu de Dreyfuss está presente aún; algo de agradecer en unos tiempos en los que viajar en avión se parece más a ir en “La Sepulvedana” que en un jet supersónico.

Boeing 787

Sin entrar en los detalles técnicos (como el fuselaje de única una pieza o la eliminación de la pintura de las góndolas de los motores) más que nada por no aburrir, enumero los aspectos que me han llamado la atención desde el punto de vista de un pasajero:

  • Pasillo doble a pesar de ser un avión de medio rango.
  • Asientos pensados para estar 10 horas cómodo.
  • El compartimento del equipaje de mano es un 30% más grande que el de los aviones actuales.
  • Cualquier pasajero puede mirar por la ventanilla aunque no tenga asiento de ventana. Son las más grandes en un avión, miden 19″. No tiene cortinas. Un botón polariza la ventana al gusto del pasajero (incluso con sol de frente, puedes seguir mirando).
  • Nuevo sistema de iluminación para intentar mejorar la adaptación a los cambios horarios.
  • Control de verdad de la humedad, temperatura y purificación de aire y agua. No más dolores de cabeza, sequedad de garganta, frío… en un viaje largo.

Boeing ha publicado un vídeo donde se ve todo esto y mucho más:

[youtube JRbV6lZsaE0]

Para los profanos de la complejidad del sector aeronáutico, recomiendo la lectura de Airframe de Michael Crichton (uno de los poquísimos escritores soportables de literatura mainstream enlatada).

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