Los nishikigoi (carpas, o “koi”, como se les conoce en occidente erróneamente) tienen una particularidad muy curiosa: el tamaño adulto del pez está en relación directa con su entorno.
Si metemos un nishikigoi en una pecera no crecerá más de 5 cms. Si por el contrario, lo introducimos en un pequeño estanque podría llegar hasta los 25. En un estanque grande llegaría hasta los 50 cms. y si tiene la fortuna de estar en un lago enorme, puede llegar hasta el metro de longitud o incluso más.
Saquéesta foto cerca de Tokyo hace un tiempo. Es un tipo de nishikigoi, concretamente un kohaku. Recuerdo un pensamiento mientras lo observaba.
Un nishikigoi es muy parecido a un humano: al nacer no puede elegir el tamaño, ni el tipo, ni la flora o fauna del estanque en el que vivirá el resto de su vida. No tendrá conciencia al morir de si su tamaño fue grande o pequeño, ni si la flora y fauna que compartió pudo ser otra. Habrá vivido “feliz” consigo mismo y con el lugar que le fue asignado por el azar y los avatares.
Sin embargo un humano tiene la suerte o desgracia de tener conciencia y ahídifiere del nishikigoi. Si es consciente de las limitaciones del estanque que le ha tocado, tiene la facultad de intentar buscar uno más grande en el que poder crecer. También y eso es lo mejor de todo, puede con sus actos contribuir a hacer el estanque de los demás mucho más grande para que puedan crecer el máximo posible.
Cabe preguntarse porquéno somos conscientes tan a menudo de estas cosas y dónde estaríamos si unos cuantos humanos anónimos hubieran caído en el estanque adecuado.